Jueves, Abril 13, 2017
Política

Madre pobre dijo “Que muera nomás (mi hijo), ¿con qué plata voy a pagar (su curación)?”

Fuente: Página 7

TIERRA NOTICIAS. "Cuando me dijeron que tenían que operar de emergencia a mi hijo, con todo el dolor de mi corazón dije: Que muera nomás, ¿con qué plata voy a pagar? Apenas vivo con 10 o 20 bolivianos al día, a veces estamos sin comer", dijo con lágrimas en los ojos Walberta Soto Calle, madre de Rufo Calle, que se encuentra internado en el Hospital Boliviano-Holandés, en la ciudad de El Alto, según la publicación de diario paceño Página 7.

El niño tiene 10 años, fue operado el 9 de abril de apendicitis. Hace más de dos meses presentaba dolores en su costado derecho, los que calmaba su madre con mates de coca.

Rufo aprendió a pijchar para contrarrestar el malestar, le provocaba alivio.

Hasta que el 8 de este mes su cuerpo ya no resistió y dice su madre que se "revolcó" de dolor.

Fue trasladado al hospital, el médico que lo atendió dijo que su situación era crítica, que urgía una intervención en el acto.

Por esa cirugía la madre debe ahora más de 3.500 bolivianos. "Como el niño vive en el área rural no tiene seguro escolar, la familia va a tener que pagar toda la atención médica. Entonces pedimos a la población que nos colabore con ayuda económica", manifestó la trabajadora social del nosocomio, Clotilde Medrano.

De todas formas, el hospital de forma solidaria hará un descuento según la valoración de Trabajo Social, pero hay gastos en los que no le es posible reducir algunos costos de la operación.

Con las manos juntas en actitud de oración y ruego, Walberta desconsolada porque no sabe de dónde o cómo conseguir el dinero que adeuda pide a la población ayuda para su hijo.

"No se cómo pedirles que por favor me ayuden, les ruego que me ayuden por favor. Debo más de 3.500 bolivianos al hospital y no sé cómo voy a pagar", dijo.

Su historia es similar a la de otras mujeres abandonadas por sus esposos o parejas. A ella la dejaron hace dos años con sus ocho hijos, desde entonces hace lo posible por mantenerlos y enviarlos a la escuela. "Desde que se fue (él) nunca me dio un peso, pero fue mejor porque siempre gritaba y pegaba a mis hijos, nunca les tuvo cariño", cuenta.

Walberta tiene una vaca y un par de ovejas en el campo.

"Sólo vendo leche. Nosotros no conocemos carne, a veces nos hacemos papa con chuño y huevo, estos días estoy así nomás (sin comer)", cuenta.

Otra de sus frustraciones es no saber leer ni escribir. Hallándose sola en el hospital no sabía descifrar los documentos que le presentaban. "Me da rabia no saber leer, qué dicen los papeles que me dan, no entiendo. Qué difícil había sido ser mujer de campo sin ayuda".

Quienes quieran solidarizarse con Walberta deben llamar al número de celular 73081870 (de Trabajo Social) o realizar un depósito económico, pueden hacerlo al número 552739, que es la historia clínica de Rufo.

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