Lunes, Enero 11, 2016
Sociedad

En España, Natalia Ferrari reivindica la prostitución porque la empodera

Natalia es puta y es feminista. No sufra, ahora lo explicará. No le gustan las prisas y sí los mordiscos en el cuello. Habla de una profesión que ha elegido libremente, de sus clientes, de sus tarifas... y también de la trata y la explotación de mujeres. Todo lo hizo para la revista Interviú.

Decir que es puta, vegana y feminista suena fuerte. Explíquese, por favor.

Soy feminista por sentido común. No se debería discriminar a nadie según su sexo, género u orientación sexual; y reconozco que la lucha feminista ha construido un mundo más justo para todos. Soy vegana desde que me di cuenta de que no es necesario comer animales para estar sanos y que hacerlo supone hacer daño a otros. Y la prostitución también es una cuestión de tener más información. Trabajar para otros me hacía muy infeliz. La prostitución salió como una opción natural. Me apetecía probarlo y las condiciones eran atractivas. Soy muy crítica, cuestiono lo establecido y no me gusta seguir a la manada.

A muchos las palabras puta y feminista les provoca rechazo.

Es que hay que usarlas con naturalidad y orgullo. La gente no se escandaliza cuando hablo de prostitución porque lo hago con cercanía y con el mismo tono que usaría si fuera recepcionista. El componente negativo se origina de la desinformación y cuando se permite que otros hablen en nuestro nombre desde los prejuicios y la moralidad. Si te digo que soy puta, sin vergüenza, te hablo de lo genial que es para mí, todo el lado dramático que la sociedad tiene asumido sobre este trabajo empieza a ponerse en duda. Es igual con el feminismo: el rechazo social se debe a no entender cómo nos beneficia a todos.

¿Es mejor este oficio que otros?

Trabajé en un McDonald's cuando cumplí 16 años y solo duré tres días. Me quedé horrorizada por la cantidad de comida que tiraban a la basura y el ritmo brutal que había. Mi sueldo era bastante menos de 1.000 euros.

¿Recuerda su primer trabajo de puta?

Fue una cita de una hora por 100 euros. Antes de llegar el cliente yo estaba nerviosa y todas mis inseguridades se multiplicaron por mil. Pero todo sucedió con muchísima cercanía y respeto. Sentí como el cliente demostraba en todo momento que yo tenía la posición de control en la relación.

Si la oyesen los comensales de al lado, podrían pensar que vende su cuerpo...

Decir eso es un mal uso de la lengua. Cuando compras algo eso se vuelve tu propiedad, lo adquieres. Las putas no cedemos los derechos de nuestro cuerpo. ¿Tú vendes tus manos cuando tecleas un artículo para interviú? ¿Vendes tu culo porque estás sentado en una silla de su oficina? Todo el mundo usa su cuerpo para trabajar, el problema es cuando creemos que el cuerpo hace referencia solo a los genitales y hay una tendencia de santificar los coños. Como si fuera algo que solo debe tocar nuestro príncipe azul. Yo puedo disfrutar teniendo sexo con desconocidos que me respetan. Incluso si no disfrutara, no es asunto de nadie. Mi cuerpo es exclusivamente mío.

El problema es que muchas mujeres son obligadas a ejercer la prostitución explotadas por mafias.

Si hay amenazas, violencia, retención de la documentación forzando a alguien a una actividad comercial, esa persona es víctima de trata. La explotación sexual no es la única que existe, aunque sí sea la más visible. Existe trata en el sector textil, hostelero o rural. La trata de personas es una forma de esclavitud no necesariamente sexual. La diferencia con mi trabajo está en el consenso. Si accede libremente, sin coacción ni amenazas, a cambio de sus propias condiciones, esa persona está trabajando. Lo otro es trata.

¿Dar su identidad es un signo de desafío, de valentía, de ingenuidad...?

¿Por qué las putas tenemos que crearnos una realidad paralela y no compartir lo que vivimos? Lo único que se consigue así es que otros hablen por nosotras y reafirmar la teoría de que estamos haciendo algo malo.

¿Cuántas prostitutas independientes como usted trabajan en España?

A diferencia del sector abolicionista, yo no me veo capaz de soltar cifras sin un resguardo de organismos oficiales. Desde luego que conozco a muchas prostitutas independientes y putas que trabajan en agencias que también se lo montan muy bien y están contentas.

¿Encuentra fácilmente el placer con desconocidos?

A menudo sí, en diferentes intensidades y conexiones. Cuanto más follas, más te conoces y resulta sencillo encontrar placer. Siempre he sido muy sexual, si no lo fuera no podría aguantar este trabajo.

Ha escrito que "se comete un atentado contra nuestros derechos cuando se pone en duda el poder de decisión de las mujeres sobre nosotras mismas. (...) Si estoy cometiendo un atentado es contra el amor romántico y la Iglesia". ¿Quién se enfada más cuando habla usted así, la Iglesia o algunas feministas?

Quien ha mostrado más rechazo ha sido cierto sector feminista. No por mi crítica al amor romántico. Lo que molesta es cuando me declaro empoderada con mi trabajo. Algunas personas no pueden entender que el hombre no es siempre quien marca las reglas. Tienen demasiado interiorizado que la mujer es un ser débil al uso del macho, y las putas estamos demostrando que no es así. Por alguna razón sus cerebros entran en cortocircuito cuando escuchan esas cosas. Hay mujeres que disfrutamos follando, que nos gusta exhibirnos y que llevamos el control. No quiero que la imagen de la prostitución la creen otros. Y hay una nueva generación de prostitutas que se siente cansada del estigma.

De ese empoderamiento habla también la periodista Samanta Villar, que ha escrito un libro sobre prostitutas voluntarias. ¿Cuál es su contribución?

Hablar a cara descubierta. Poco tiempo después de empezar a prostituirme leí lo que decían medios sobre cómo funciona mi trabajo y la clase de individuos que somos las putas y los clientes. Quedé alarmada y me sentí muy triste. Mi realidad no estaba para nada representada y eso no me pareció justo.

¿Qué le diría a los colectivos y partidos que quieren abolir la prostitución o castigar al cliente?

Qué no es una estrategia efectiva. Hay personas que quieren prostituirse y otras quieren consumir prostitución. Esto puede suceder sin hacer daño a otros. Reuníos con putas, escuchad cuáles son sus inquietudes y atendedlas desde el marco social y legal. El discurso abolicionista contribuye a marginar la prostitución, hay estudios que demuestran que penalizarla lo único que hace es invisibilizarla y poner a sus protagonistas en más riesgos. Lo que se debería hacer es aceptar que este trabajo es una buena opción para mucha gente. Podemos crear sistemas de apoyo y ayudar para que los más vulnerables tomen decisiones inteligentes, pero no desde el paternalismo.

¿Que le guste follar es premisa indispensable para ser puta independiente?

No, para ser puta independiente tienes que saber qué es lo quieres y cómo vas a conseguirlo. Luego, que te guste lo que haces es fundamental si lo quieres mantener a largo plazo.

Sus tarifas están en la web. Desde 250 euros por 90 minutos a 1.200 por una noche entera. ¿Son precios de mercado?

Son precios neutros. Hay un gran sector que cobra menos y otro que cobra mucho más.

Es autora del Decálogo para ser un buen putero. ¿Qué clientes tiene?

Las sociedades cambian. Muchísimas personas se imaginan a un putero y les viene a la mente Torrente, en referencia al machismo y la objetivación, a alguien que solo busca un par de tetas bonitas. Desde luego que hay personas así, pero yo jamás he tenido un cliente con ese perfil. Alguien que busca una mamada rápida no vendrá conmigo y tampoco quien quiere pasar una velada con una mujer del catálogo de Victoria's Secret.

Confiesa que empezó a masturbarse muy pronto, que alucinaba con Fred Astaire, Woody Allen y Tchaikovsky.

También declaro mi amor incondicional por el chocolate blanco vegano. Quiero que las personas que se pongan en contacto conmigo lo hagan por cómo soy y no simplemente porque encuentren que mis tetas son atractivas. Mis tetas no van a determinar la calidad del encuentro, mi personalidad sí.

Además de que le mordisqueen el cuello, ¿tiene algo más que le vuelva loca?

Me gusta el sentido del humor y la gente con discurso de progreso. Lo que más me pone es la gente que detecta fallos y ejecuta soluciones. Este trabajo me ha enseñado que el físico importa poquito. Puedes ser la persona más hermosa del mundo, pero si eres un imbécil, tu belleza física carece de impacto.

Extraido de Interviú